Curiosidades y datos útiles de Ecuador

Luego de más de un mes de viaje por Ecuador inauguro los relatos sobre este maravilloso país con una serie de aspectos o costumbres que me resultaron llamativos y ciertas informaciones de relevancia para el turista, luego será el turno de cada ciudad y región en particular.  Como la objetividad es una gran mentira,  las apreciaciones son fruto de mis experiencias desde mi propia mirada y subjetividad, por lo cual lamento si hiero susceptibilidades (ya que no todo es color de rosas). Vale aclarar también que sólo hablo de tendencias; sería injusto generalizar o juzgar a la gente por su nacionalidad, ya que cada persona es un mundo, como suele decirse, y siempre hay excepciones que rompen con los moldes.

La impresionante cascada del Pailón del Diablo, cerca de la ciudad de Baños

La impresionante cascada del Pailón del Diablo, cerca de la ciudad de Baños.

Diversidad natural: todo en uno

El rasgo distintivo que destaca a Ecuador recae en su gran variedad de paisajes espectaculares y bien diversos, generando un contraste difícil de imaginar en un territorio de tan escasa superficie. Se trata de extensas playas e islas en las costas del océano Pacifico, enormes montañas entre valles y volcanes que conforman la cordillera, verdes praderas custodiadas por ruinas antiguas y la espectacular selva amazónica. La cercanía entres estos puntos ofrece al visitante la posibilidad de disfrutar un viaje de película sin necesidad de contar con demasiados días, aunque siempre es mejor ir con tiempo para conocer más allá de lo popular. Y como si fuera poco, desde principios del 2012 se decretó el ingreso gratuito a parques nacionales y áreas protegidas, lo que fomentó aún  más el turismo.

Comida para todos los gustos

La gastronomía ecuatoriana es de la más variada y brinda diferentes productos dependiendo de la zona geográfica.  Los locales no suelen comer sano, ya que abundan las frituras y bebidas gaseosas en sus dietas, que justifican los tantos casos de hígado graso en el país. El desayuno es contundente, con huevos, café, pan, mermelada, manteca, jugos y bolones de maduro (diferente al banano o al verde, otros tipos de plátanos), en tanto que los denominados almuerzos también son generosos: sopa de entrada y un plato principal con pollo, arroz y menestra (lentejas o porotos). A lo que los argentinos le decimos cena ellos le llaman merienda, que es más liviana y suele consumirse cerca de las siete de la tarde. Los precios de cada uno de estos menús son económicos, rondando los tres dólares con bebida incluida.

Salchipapas, papas rellenas, humitas, tamales, choclo con queso, corviche (plátano relleno con pescado y salsa picante), empanadas, arroz marinero, bollo de pescado, caldo de bola, encebollado o patacón son algunos clásicos que  se encuentran en las calles, en tanto que la carne de vaca es dura y regular calidad (a la milanesa le dicen carne apanada), por lo que priorizan el pollo y el cerdo. En la costa hay frutos de mar frescos, como camarones, pescados, corvinas, cangrejos, langosta, pulpo (siempre acompañados por arroz) y ceviches de todo tipo. En las sierras el maíz es fundamental y se prepara de diversas maneras, como el canguil (pochoclos) y los quimbolitos (pasteles dulces envueltos en hojas), lo mismo sucede con la papa y algunos de los platos de la zona son el cuy (un roedor símil a los cobayos) y el cochinillo asado. Los batidos se compran en puestos a la vista y son una buena opción para calmar la sed (al igual que el coco); los hay de muchas frutas, como mango, papaya, guanábana, piña, sandia, naranjilla, maracuyá, toronja, naranja o tomatillo, siempre con agua mineral o leche (no se debe consumir de la canilla).  Eso sí, cuando uno se sienta a comer debe estar atento, porque los mozos parecen ansiosos y  te sacan el plato de la mano cuando estas terminando.

El ceviche de camarón, un clásico

El ceviche de camarón, un clásico.

Navidad y año nuevo con el sello de la casa

Pasé las fiestas en Ecuador y fueron varias las cosas que llamaron mi atención. Navidad estuve con un gran amigo, su esposa y su familia en Durán, al lado de Guayaquil, lo que me permitió empaparme de cuestiones típicas. La comida recién se sirve a las doce (raro pensando que suelen cenar cerca de las siete) y no se brinda. Pero lo curioso fue que al mismo tiempo de degustar el pavo se bebía chocolatada caliente acompañada por el pan dulce, todo de golpe! Además el pavo compartía el plato con su propio relleno: nada menos que el pan dulce humedecido en las vísceras del plumífero. Después siguen los fuegos artificiales y lo que yo denominé “la batalla de los parlantes”, donde cada familia saca a la calle sus enormes parlantes (¿A ver quién lo tiene más grande?) y ponen la música bien fuerte, donde abunda la cumbia local y la colombiana. Al pasar por el frente de cada vivienda parece que se cambia de pista de baile.

Año nuevo llegó en Montañita, cuna de la fiesta plagada de argentinos. El conteo final fue en la playa en un caos total de excitación, con jóvenes alcoholizados, vómitos a la orden del día y cantos futboleros antes de que el cielo se ilumine con los fuegos de artificio. En ese momento llegó una de las costumbres más extrañas: una multitudinaria quema de muñecos con la que se recibe el nuevo año dejando atrás lo pasado. Se encuentran figuras de las más llamativas, como superhéroes de gran tamaño hechos con engrudo y pintados prolijamente.

La venta de muñecos para quemar en año nuevo (calle 6 de marzo, Guayaquil)

La venta de muñecos para quemar en año nuevo (calle 6 de marzo, Guayaquil).

Mucho miedo, poca curiosidad y amables (hasta ahí nomas)

Una tendencia que se repite al hablar con ecuatorianos cuando te reciben en los alojamientos y otros sitios refiere a las advertencias sobre el riesgo de viajar: “Deben ir con cuidado”, “hay mucha gente que roba”. Frases que también se toman a pecho, ya que no conocen demasiado de su propio país. Respecto a eso, Ecuador me resultó un país bastante seguro, donde no se deberían tener mayores problemas si se es atento y lógico en sus decisiones para evitar arrebatos comunes en casi cualquier país. En tanto, la sensación con la que me fui respecto a la calidez y cordialidad no fue como para tirar la casa por la ventana. La atención es claramente más cordial cuando hay un interés de por medio (sea alojándose en un sitio o comprando algo), aunque en Quito y alrededores el trato es mejor, pero nada para sorprenderse. Pese a esto debo admitir que nadie me evito al hacerle alguna pregunta durante todo el recorrido. Y por supuesto conocí puntualmente personas que me parecieron increíblemente amables, educadas, sinceras y desinteresadas, pero digo que esto no era algo de todos los días. Me llevo para siempre la buena energía y predisposición de la gente del Bio Hostal de Mindo, insuperable.  En el plano religioso casi el total de la población es católica y muy aferrada a las cuestiones de fe.

Vocabulario y comunicación: no me quedó claro

Normalmente el momento de intentar disipar dudas, sea con un taxista, un almacenero o un policía,  resultado un desafío debido a la particular forma de expresarse por parte de los ecuatorianos: muy poco clara digamos. “Da la vuelta por acá y dobla allá”, nada de a tu izquierda o a tu derecha. Al preguntar me quedaba con más dudas que antes, por eso es mejor insistir varias veces para recolectar información y llegar a destino cierto. Nobleza obliga, no faltaron aquellos que nos informaron de manera impecable, como sucedió en los puntos de información turística de Quito y de Cuenca, entre otros, pero fueron los menos.

También difieren entre ellos en la estación del año, algo difícil de determinar y con controversias (más que nada se diferencian las temporadas húmeda y seca). Por otro lado, algunas palabras llamativas: “sanduche”, “hornado”, “calientito”, la calor”, “mande”, “a la orden”, con cierta ilógica sintáctica, pero ninguna a la altura del redundante “sí hay lugar” en los carteles de los alojamientos.

 La contaminación, una pena

Lamentablemente un alto porcentaje de ecuatorianos no cuida los hermosos paisajes naturales que habitan y tiran su basura sin pudor al piso y por las ventanas de los autobuses. Vale aclarar que esto varía mucho dependiendo de la región, por ejemplo en las ciudades de Quito, Cuenca, Baños o Mindo las calles son limpias, lo que muestra otra conciencia de sus pobladores, algunos de los cuales igualmente he observado en varias oportunidades arrojar desechos. Por otro lado quedé encantado con las variadas y amplias playas de la costa, pero muy desilusionado con lo contaminadas que se encuentran por los residuos que arrojan en la arena los habitantes. Tampoco es raro cruzarse con gente orinando en cualquier parte o escupiendo cual iguana con naturalidad. Algunos carteles como los de “no arroje su basura por la ventana” (para eso dejan bolsas junto a los asientos en los autobuses de larga distancia) o “no escupa en el piso, respete su patria” (dentro de la terminal de autobuses de Cuenca por ejemplo), son pasados por alto.

 Rutas impecables y buenos transportes

Una de las mejores cosas que tiene Ecuador y en las que más se ha progresado es en las rutas y medios de comunicación. Casi todo el país está conectado por carreteras en muy buenas condiciones y de asfalto, además de una constante oferta de autobuses para unir las diferentes ciudades. Se debe calcular poco más de un dólar por hora de viaje en los micros de larga distancia (en donde permiten usar el baño sólo a las mujeres, en el caso de haber) y 0,25 céntimos para el transporte público, que también es muy bueno en todos lados. En este último aspecto las que se destaca es Quito, con su metro y trolebús. Los taxis también abundan y es mejor negociar el precio y pagar antes de subirse para no ser estafados. Una particularidad es que se desesperan por obtener pasajeros, ya que supongo cobran según lo que trabajan, por eso van recolectando gente sin discriminar parte alguna del camino. Y como no podía faltar un rasgo típico de los países sudamericanos, la música es protagonista y se vuelve molesta en los trayectos largos (aunque esto depende del conductor de turno).

Consumismo y fanatismo yanqui

Qué lo parió cómo consumen los ecuatorianos! Cualquier momento o circunstancia es buena para hacerse de una nueva adquisición o calmar el hambre, sea para comprarles un agua de coco (viene en bolsitas) a los insistentes vendedores ambulantes que se suben a los buses o un salchipapa a la pasada en la calle. La oferta es de lo más variada y se acentúa en las playas, donde la demanda es constante: tatuajes temporales de henna, artesanías, pulseras, gafas de sol, trenzas, paseos en barco, langostas, comida a la carta, helados, jugos y otros. Lo más raro: pastillas para limpiar el cuerpo, acompañadas de una explicación sobre las enfermedades letales con ejemplos explícitos de fotografías desagradables, todo en los autobuses. En los rodados tampoco faltan los raperos que improvisan con el “público” a cambio de alguna moneda a puro talento. Por último, y como me sucedió en Italia, observé muchas personas con remeras o atuendos estadounidenses, además de actitudes típicas yanquis, como las alusivas al consumismo y a las comidas chatarra.

Uno de los tantos vendedores en la playa de Salinas

Uno de los tantos vendedores en la playa de Salinas.

 Auto-subestimación

Este tema lo hablé con mi amigo argentino que vive hace más de tres años en Guayaquil. Me contó sobre la triste costumbre de no valorar y subestimar a los de su misma nacionalidad. Contrariamente, algunos extranjeros (ni les nombres a los peruanos) son apreciados e idolatrados. Esto se ve por ejemplo en la liga de fútbol (donde Emelec y Barcelona son los equipos más populares), plagada de entrenadores y jugadores argentinos. Por otro lado, la mujer que guía en las ruinas de Ingapirca, indígena cañarí, nos explicó la fuerte discriminación que sufren ella y su colegas, incluso por parte de sus compañeros de trabajo en el complejo arqueológico, el mismo que fue arrebatado a los indígenas por el gobierno luego de una cruenta disputa con mestizos en el 2005. Cambiando de tema, las miradas de curiosos acompañaran al viajero, más allá de la ciudad no serán indiferentes a tu presencia (algo que me extraña sabiendo de la gran cantidad de turistas que pisan Ecuador).

La camiseta en la piel

Al principio no entendía por qué veía tantos ecuatorianos en las playas con sus remeras puestas todo el tiempo, sin sacárselas ni para meterse al agua. Hasta que subestimé al sol y sólo unos minutos sin protector fueron suficientes para quemarme el cuerpo y dificultar mi sueño durante un par de días. No hay que confiarse ni siquiera los días nublados y también es recomendable usar gorro.

El país de los mitos

Hay mitos de todos los tipos y colores, en general cosas pequeñas del día a día, tradiciones que se transmiten por generaciones y son respetadas a rajatabla. Recuerdo por ejemplo la costumbre de poner los bebes recién nacidos al sol todos los días un rato para que su piel no se ponga amarillenta.

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Acerca de Diego Fina

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5 respuestas a Curiosidades y datos útiles de Ecuador

  1. Flavia dijo:

    y no escuchaste arrarrai y achachai? yo no estuve en Ecuador pero tengo un master en palabras ecuatorianas! te quiero amigo, siempre es un placer leerte!

  2. Pingback: De gira por Ecuador (1): Guayaquil, sí vale la pena | Siempre andando

  3. Oscuelar dijo:

    Es bueno que alguien hable sin tapujos de sus experiencias, es la mejor forma de que los demás vayamos preparados. La cascada del Pailón del Diablo parece espectacular!
    Un saludo

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