Indonesia: de Kuta a Gili Trawangan sin escalas

En Indonesia empezaba la tan deseada travesía por el sudeste asiático. Recién llegado al aeropuerto de Denpasar en Bali el calor y la humedad hicieron su repentina presentación, acompañados por los taxistas que agobiaban a los confundidos turistas. Por suerte ya pasé por esto varias veces, especialmente en Marruecos, así que me lo tomé con calma y regateé con varios hasta acordar un precio razonable con el objetivo de llegar al hostel. El mismo estaba en la zona de Kuta, aunque un poco más alejado del caos, algo que quería evitar dentro de lo posible. Arribé de noche y muy cansado, por lo que sólo comí algo, me duché y me acosté a dormir. Mi cuerpo se sentía extraño, posiblemente producto del maldito jet-lag. Pero había algo más, una energía diferente a la cual me iba a ir adaptando.  Ese momento en el cual uno se siente descolocado por completo, y más aún cuando se viaja solo, es difícil de sobrellevar. Pero justamente eso es parte de lo que buscaba, esa hermosa incomodidad e incertidumbre que forma parte de todo verdadero viaje.

Surf y Kuta: sinónimos.

Surf y Kuta: sinónimos.

Estaría sólo el día siguiente en Kuta, ya que no fue el lugar donde me sentí más cómodo. El acoso permanente de los vendedores, la gran cantidad de turista, el surf y el ambiente de fiesta por las noches no me seducían demasiado. Aquí no podía encontrar esa autenticidad que siempre busco en mis viajes, para conocer realmente los lugares y sus habitantes. De todas formas empecé a observar algunas cuestiones típicas del país, como las costumbres musulmanas, por ejemplo, dejar ofrendas en la calle junto a un santuario improvisado. Así que me dirigí hacia Gili Trawangan, una de tres islas paradisíacas a sólo un par de horas de la ciudad, la más grande de ellas. En el barco conocí a Javier, un argentino que venía de trabajar como instructor de buceo en Tailandia y demás. Otro de tantos que hace unos años se animó a cambiar su vida radicalmente para dejar Buenos Aires en búsqueda de algo distinto. Él ya había estado en el lugar, así que me dio varios consejos.

En esta isla no hay tráfico, las calles son en general de tierra y frecuentadas por caballos con carritos y gente en bicicleta. Me costó un poco llegar a mi alojamiento, ya que estaba medio alejado del ruido (como a mí me gusta), varias calles hacia adentro. En este paseo empecé a codearme con los lugareños, siempre dispuestos a dar una mano y sonrientes, con la llamada a la oración proveniente de los altavoces de una mezquita cercana como banda sonora (esto sucede cinco veces por día). Algunos gallos, gallinas y gatos se cruzaban en mi camino, pero no se veían perros. El calor era sofocante. Luego de instalarme nos juntamos a almorzar con Javier en un puestito bien económico, lo que sería rutinario los siguientes días, al igual que en el mercado nocturno, donde hay gran cantidad y variedad de productos por centavos. Se usa mucho arroz como base, acompañado de pollo, verduras, brotes, tofu y demás. Y el picante se impone en los platos, “non spicy” se convertiría en mi frase más utilizada en esta parte del mundo.

Otra playa de Gili Trawangan.

Una de las playas de Gili Trawangan.

Así suelen moverse los lugareños en Gili Trawangan.

Así suelen moverse los lugareños en Gili Trawangan.

Más tarde fui hasta una playa cercana, donde me tiré en la sombra a descansar. Al rato se acercó un joven indonesio, quien de entrada intentó venderme marihuana, pero ante la negativa no insistió (aquí el consumo de drogas es penado hasta con pena de muerte). Se sentó a mi lado y nos quedamos un buen rato hablando. El trabajaba en un hostel y justo era su día libre. Me preguntó mucho sobre mí y también me contó su historia. Esto de hablar con los locales es una de las cosas que más disfruto cuando viajo, y aquí se volvería una constante. Su esposa e hija vivían en Lombok, la gran isla de enfrente, y él me contó sobre lo difícil que le era hacer una diferencia económica y sobre sus planes de ir a trabajar a Australia, boicoteados por la dificultad de conseguir una visa. Son muchos los que cruzan a diario hacia Gili Trawangan en precarias embarcaciones para trabajar, sin importar los riesgos que implican las aguas revueltas cuando el clima no ayuda, siendo el turismo su principal fuente de recursos.

Una de las playas de Gili Trawangan,

Otra playa de Gili Trawangan,

Así siguieron los días, algunos compartiendo lindos momentos con gente que conocía, y otros muy relajado y en soledad en un entorno soñado de playas de arena blanca y aguas cálidas, un tanto opacado por la contaminación y basura, algo común en el sudeste asiático. Alquilé una bici para darle la vuelta a la isla, vi el atardecer desde lo alto, caminé por playas de arena blanca, nadé en aguas cálidas y transparentes. Intenté hacer snorkel pero tuve algunos problemas técnicos con los corales que rodean toda la isla (no son una buena combinación cuando hay olas ya que cortan como navajas). Así que fui por la revancha en un tour por las tres islas (las otras son Gili Air y Gili Meno, más pequeñas y tranquilas), una de las cosas más maravillosas que recuerdo. Hicimos snorkel en varios puntos diferentes, vimos peces de todos los tamaños y colores, un barco hundido, arrecifes de coral y lo mejor, unas curiosamente sociables tortugas enormes con las que pude nadar a la par en un agua cristalina. Es increíble la paz y satisfacción que te brindan las profundidades.

Satisfecho con mi estadía y luego de cinco días retorné hacia Bali para conocer un poco de la isla. Pero esta vez decidí ir directamente hacia Ubud, en el centro,  y recorrer desde allí, en lo que fue una gran decisión. La amabilidad y calidez de los indonesios serían los cimientos de una experiencia maravillosa entre paisajes únicos.

La calle principal de Gili Trawangan,

La calle principal de Gili Trawangan.

Surfistas en Gili Trawangan.

Surfistas en Gili Trawangan.

Acerca de Diego Fina

Marketing Manager +íon Percussion
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2 respuestas a Indonesia: de Kuta a Gili Trawangan sin escalas

  1. Anelisse Arias dijo:

    Genial tu blog Diego! Estoy armando mi viaje a Indonesia 1 mes para enero, me gustaría que recomendaras alojamientos y cual es la mejor forma de moverse hacia las islas mas lindas! Gracias!

    • Diego dijo:

      Me alegro que te guste el blog. Para alojamientos fijate en las webs de Hostelworld, Hostelbookers y Agoda, tenes muchas opciones y económicas. Sino buscas una vez que estás allá que hay guest houses por todos lados. Y podes quedarte en casas de familia también como experiencia. De Bali a las Gili salen botes directos a diario a la mañana, te buscan por el hotel y te dejan en el puerto donde tomas el ferry, son cerca de 3 hs. Perama es una empresa de confianza que lo hace, ahí podes averiguar también para ir a Lombok, Flores, Comodo, etc. Ubud es un buen sitio desde el cual recorrer Bali, está justo en el centro y es hermoso. Yo no fui, pero dicen que los templos de Borobudur en Yogyakarta están muy bien.

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